Te escribo desde Älmhult, Suecia.
Hace tres grados bajo cero pero el frío es seco y yo solo pienso “lo que mata es la humedad”, y hablo sobre cómo allá, en Buenos Aires, el frío te cala los huesos, te toma la ropa y la vuelve una manta mojada.
Ya me di cuenta: yo siempre hablo de casa cuando no estoy ahí.
Cualquiera diría que lo hago, sobre todo, para tenerla cerca y no para comunicar algo puntual –¿a quién puede importarle cómo es el frío en tal o cual lado?—. Como cuando decimos el nombre de la persona que nos gusta solo para oírlo, hacerlo reverberar en donde estamos y que nos cobije por un segundo –o dejamos de nombrarla, para hacerla desaparecer–.
Casi nunca pienso en el Clima. Tal vez miro si va a llover antes de salir de casa y llevo conmigo un paraguas si es que lo encuentro y no está hecho pedazos por haberse resistido demasiado al huracán ocasional –la obstinación siempre acarrea consigo algún tipo de daño colateral–.
Ningún porteño le presta demasiada atención a la temperatura –excepto cuando pasa los 35 grados–, haga calor o frío, la vida sucederá. Pero en esta parte del mundo, el norte del norte, el clima rige la vida de las personas como la economía rige la nuestra.
Toda una sociedad organizada en torno a las estaciones del año y sus cualidades; un montón de personas mancomunadas para sortear el frío extremo y prolongado y la falta de luz; sobrevivir al invierno y llegar al momento del año en el que el sol logre calentar la piel –ese privilegio del que nos olvidamos quienes vivimos en lugares climáticamente amigables–.
Aprendo sobre: la honestidad nórdica, la tristeza estacional, los índices de felicidad, las rivalidades de estas latitudes, los inventos ingeniosos, el esquí de travesía, los sonidos guturales, las auroras boreales y los Vikingos.
La última semana no hice más que caminar cargando varias capas de abrigo, trabajar y comer. No tuve tiempo para leer y mucho menos escribir. Se me congeló la cara y entendí la importancia de las medias en la batalla contra el frío. Tengo las ideas desordenadas pero de todas maneras quise escribirte.
También pensé mucho sobre quién quiero ser en los próximos cinco años, qué aventuras me gustaría vivir, cuáles son las cosas que de verdad me importan y a las que quiero hacerles lugar. Empiezo a fabricar una especie de lista.
Me gusta estar lejos de casa y también me gusta volver. Lo que elijo por ahora es ese ida y vuelta que me permite apreciar que la vida que construí me resulta interesante y que, también, soy una persona propensa a las excursiones de larga distancia. Siempre me gustó estar en cualquier parte, lejos de todo —¿qué es todo?—, construyendo otras vidas que en realidad son la mía. De algo parecido ya hemos hablado un año atrás.
A veces miro lo que me rodea como si me resultara extraterrestre y me doy cuenta de que casi todo podría cambiar en cuestión de días si así lo decidiera: mudarme a Beirut, tatuarme la cara, aprender alemán, dedicarme al Stand-Up, lanzar un negocio de souvenirs, volverme DJ o guía turística, vivir en las montañas, aprender a hacer vino. Supongo que tomar aviones interoceánicos me empuja a replantearme algunas cosas o que el año nuevo chino finalmente se hizo notar.
Son las cuatro de la tarde y ya no hay luz. El Fuego de hoy es un desahogo climático y una reflexión sobre la distancia. También un manojo de preguntas que tal vez olvide la semana que viene.
Te dejo como tantas veces un poema que me gustó mucho y me dejó pensando. Es de Flavia Calise (“mientras te llamo diseño mi tumba”, 2021, @concreto.editorial).
un viejo se peina ¿y para qué?
si te amo o te temo
hay un rayo en la puerta del odio
una tregua,
la casa abierta todo el día
y un bosque roto
¿para qué nos cuidarán los ángeles?
el sol amamanta planetas,
su movimiento de pereza nos arrullavoy a morir en el mundo que amo.
voy a olvidarme de tu cara,
voy a pensar en tus hijos.
Hasta el próximo jueves 🔥
“Me gusta estar lejos de casa y también me gusta volver”. SI, SI, SI. si a todo lo que decís. Gracias x otra entrega de Un Fuego en un lugar bien helado. Hasta el próximo jueves! 🙌